¿Qué podremos esperar de Doom The Dark Ages?

DOOM: The Dark Ages mantiene la esencia frenética de la saga con una ambientación medieval que, aunque prometedora, no se explota del todo. La acción sigue siendo el centro del juego, ideal para desconectar y disfrutar de combates intensos y sangrientos. El nuevo escudo se convierte en una de las mejores incorporaciones, permitiendo bloquear, desviar y lanzar ataques, además de ofrecer mejoras mediante runas. Las monturas como el dragón o el mecha están presentes, pero sus mecánicas resultan limitadas y poco efectivas.
La historia sigue siendo simple, con el Slayer enfrentándose a demonios y convertido ahora en una máquina de matar sin emociones por culpa de un dispositivo. A pesar de su sencillez, hay momentos narrativos interesantes, y el doblaje al castellano destaca por su calidad. El arsenal es amplio y variado, aunque falta mayor coherencia con la estética medieval; se extrañan armas más alineadas con la ambientación, como arcos o elementos mágicos. Aun así, el combate cuerpo a cuerpo se siente potente y satisfactorio.
Los niveles combinan zonas lineales con otras abiertas llenas de secretos, coleccionables y mejoras, incentivando la exploración. Aunque algunas estructuras se repiten, el diseño general es sólido y está bien cuidado. DOOM: The Dark Ages no reinventa la fórmula, pero añade novedades que refrescan la experiencia. Cumple con creces como un FPS intenso, divertido y fiel a su legado.